Header image
Página de Inicio Mis Escritos

Colección de El Mensajero

Epistolario Mensajes en Audio Biografía
   
 
 

CARTAS DE LUCIA A VENTURA

Guantánamo, septiembre 24 de 1959

Sr. Ventura Luis

Artemisa

 

Mi amado:

Te saludo en el nombre de Cristo, al cual ruego te sientas bien, pues yo gracias a Dios bien.

Hoy llegamos aquí muy bendecidos por Dios, pues salimos de La Playa sin dinero y vinimos trabajando y hemos visto la gloria de Dios en nosotros.

Gracias a Dios llegué aquí poco empeñada, nada más debo unos 70 centavos, así es que no hay problemas.

Salimos de allá el miércoles, y como veníamos trabajando, pues nos demoramos algo, y pasamos los cultos de espera en Holguín, así es que hoy jueves llegamos aquí.

Amor mío, aquel día que salí de tu lado, tal me parecía que parte de mi corazón se me quedaba allí en La Lisa. ¡Qué triste es la separación!

Cuando me iba te sonreía desde la máquina, pero sólo lo hice para que no te quedaras triste. Más tarde, cuando ya nos habíamos alejado de La Lisa, entonces lloré tratando que no me vieran. Allí recordaba tus frases cariñosas y tus miradas ardientes que llenaban mi corazón de felicidad. Sinceramente no hubiera querido haberme separado de ti, pero no podemos hacer nuestra voluntad, pero creo que un día no tendremos que sufrir más la separación, cuando ya estemos unidos, si la voluntad de Dios así lo permite, ¿verdad?

Acerca de lo que me dices de las dudas de tu amor, eso era más bien una idea que pasó por mi mente, pero no dudo nada de tu amor, sé que me quieres sinceramente como antes te había dicho, pues creo que eres bastante sincero para fingir una cosa que no sientas. Estoy segura que tú me quieres como yo te quiero a ti.

Me alegro mucho que te hayas sentido bien en Guanajay. María me dice que te quiere ya como a los demás cuñados; dice que antes no te quería, porque no te había tratado, pero después que te trató te quiere bastante.

Ahora voy a planchar, porque se me hace tarde y es jueves y tengo que preparar ropa para el sábado, pues vengo sin ropa planchada, así es que me perdonas por el momento, después seguiremos hablando. ¿Quieres que te planche tu ropa? Ojalá estuvieras aquí para planchártela con mucho gusto. Bueno hasta después, mi amor.

Vida mía, ya terminé de planchar y además comí; me siento muy contenta en poder seguir hablando contigo. Digo hablando porque cuando estoy escribiendo tal me parece que te veo como si estuvieras contestándome las preguntas.

Viejo, cuando pasé por Camagüey recogí el plato, como me lo dijiste, y además usé el atrevimiento de coger una brochita y la caja de Onac; la tenemos usando Orestes y yo. Dime si te parece bien esto.

Óyeme, te diré que no pude entrar a mi casa, porque según dicen está lloviendo mucho para allá y además Luis me dio muy poco tiempo para ir. Imagínate, me paré a esperar la guagua como a las 10 y media de la mañana y eran las 12 menos 20 y la guagua no había llegado; entonces fui para la iglesia a hacer el sacrificio y comenzó a llover y no pude ir. Me figuro como han de  estar bravos conmigo.

Mi amor, creo que una de las cartas que te mandé dirigidas a Holguín no llegó a tus manos, pues llegó después que te habías ido, y creyendo que tú estabas en Florida te la enviaron para allá, pero seguro que me la mandan para acá. No me gustaría que mi carta se pierda por ahí.

Óyeme, según yo veo, yo creo que antes de la conferencia nosotros no vamos a poder ir a México.

Aquí hay una sola lámpara y no veo casi escribir; perdona mi letra, ¿sabes? Pues he tenido que hacer varios garabatos sin tener deseos. Ya esta carta la voy a echar con miedo; pienso que no la vas a recibir a tiempo, pero como me dices que te escriba a Artemisa, por eso lo hago.

Perdona que te escriba tanto. Cuando me contestes dime si no te gusta que te escriba tanto.

Recibe saludos de todos los hermanos. Te diré de quienes: Esperanza te recuerda con mucho cariño, me ha hablado de lo más bien de ti. Saludos de Luis Cruz, Agustina, de los jóvenes de Baracoa, de Pastor Verdecia y de algunos más.

Pienso escribirle a tu familia si Dios quiere, a pesar de que no he recibido contestación.

Bueno, mi vida, cuántas cosas más quisiera decirte que no te las digo aquí porque necesito mucho tiempo para ello, y además te cansarías; entonces perdona mi larga letanía, y recibe el cariño de tu prometida que no te olvida. ¡Ah! Se me olvidaba algo. Recibe además, ¿qué cosa era? (Se me olvida) un...... b. En esta forma no es pecado, ¿comprendes? Dime si no te agrada esto.

Recuerda que te quiere siempre tu novia,

Lucía González

 

Notas: Me contestas a Bayamo, tú sabes la dirección. Te quiero siempre. No te olvido. Te quiero, pero sin idolatría. Siempre pienso en ti. No te quiero nada. Te amo más cada día. Ámame siempre. No me olvides. Pienso en ti en el amanecer de cada día. Sueño contigo. Escríbeme pronto, y no muy poco.